P0R: DR. FAUST0 M0TA GARCÍA.
Y aprenderás entonces que hay cosas como el río que
se están yendo siempre, pero que no se van… Buesas, José
Este artículo sobre el río Camú lo dedico a la memoria de un médico de nuestra ciudad que dedicó tiempo y esfuerzo por preservar nuestro medio ambiente, me refiero al inolvidable Dr. Tabaré Ramos.
Esta colaboración me luce pertinente y evidencia, cuán lentos son los procesos de cambios en nuestra sociedad.
El sempiterno río Camú, fuente de inspiración de poetas, cantores, articulistas, y filósofos. Eterno pulmón acuífero de nuestras tierras productivas, cuna de nadadores, anfitrión de juventudes, razón esencial para ubicar en nuestro entorno y orillas, La Vega Nueva. Hoy, alrededor de su existencia vivimos impactados, confundidos e incrédulos. Resulta inverosímil que el “inmenso Camú”, esté olvidado, maltratado, enlodado, y dragado su cauce por afán desmedido de riquezas, ante la indiferencia de nosotros a quien todo nos entregaste…
El río Camú un gran regalo del creador, uno de los pocos valores, no saqueado por los españoles en aquella vorágine increíble de robos, maltratos y vejaciones a nuestra Concepción de La Vega y a nuestra isla. ¡Gracias Señor, porque aunque moribundo, tenemos al río Camú; cuyas aguas han saciado la sed de los veganos por más de quinientos años, desde nuestra existencia como comarca! Nuestro río, éste que el tiempo traduce en leyendas y fantasías, y cuyo nombre nos identifica como pueblo; hoy languidece ante la mirada indiferente de quienes nos hemos beneficiado de su grandeza…
Los más optimistas teorizan, que está asegurada su supervivencia; otros aseguran que no existe posibilidad de vida, a menos que se tomen medidas heroicas y protectoras en sus cuencas, riberas y cauce. Y otros, se hacen los locos, como si en realidad no les importara preservar esa fuente de vida. Una consigna urgente y desesperada fue levantada hace un tiempo, bajo el sugestivo nombre de, ¡Salvemos el Camú!, la cual fue sobrellevada por el prestigioso y ya desaparecido médico Tabaré Ramos, luchaba cual Quijote ante la indiferencia de los principales responsables de salvaguardarlo. En ocasiones observamos cómo se levantan luchas que el pueblo asimila para preservar nuestros recursos naturales, algo plausible y procedente; pero nuestro importante río Camú, está como el título de una obra del Gabo: “El río Camú no tiene quien le escriba”. En ese contexto urge despertar, sacudirnos el traje del conformismo e iniciar acciones patrióticas para preservarlo.
En otra dimensión, pero con características preocupantes, abordo el delicado tema que, cual eje transversal, permea el ámbito sociopolítico dominicano. Situación que exige responsabilidad colectiva, me refiero a: la permanente invasión pacífica del territorio dominicano por parte de extranjeros, especialmente nuestros vecinos haitianos, prohijada por: indiferencia de autoridades y conveniencia económica de otros. Ahora que el Estado Dominicano parece asumir responsabilidades ante la presencia masiva, desordenada y peligrosa de extranjeros, es hora de asumir posiciones. Considero que en la presente crisis no hemos manejado el tema con la idoneidad necesaria, un problema como el migratorio no se puede manejar con politiquería ni con visión cortoplacista. Se debe abordar con seriedad, apegado a las leyes y con la delicadeza necesaria, pues el principal problema en relación al mismo, reside en la irresponsabilidad con la cual se trató durante mucho tiempo.
No pretendo ensañarme contra los desesperados vecinos haitianos, que vienen a nuestro suelo por sobrevivir, jamás; ellos son víctimas también del abuso de los poderosos. Ahora, la masa crítica de la nación, debe presionar al Estado a asumir políticas migratorias claras, no politiqueras. Estoy convencido que, de no hacerlo, en un período de treinta años aproximadamente, el pueblo dominicano va a enfrentar serios problemas de identidad y dominicanidad.
Dominicanos, veganos, ¡preservemos nuestro patrimonio y los valores, que van de las manos con nuestra soberanía y la Independencia Nacional! ¡Amen!