Por Guaroa Gil
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En el país hay políticos, que además de imbéciles, son inoportunos (cuidado con Chu). Olvidan que los anuncios políticos tienen que tener respaldo técnico para sentar las bases del debate público y de las dinámicas inversoras. Esta realidad general es especialmente válida en las circunstancias actuales. De ese respaldo carece la resolución del Ministerio de Interior y Policía (cuidado con Chu) que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en casi todo el Gran Santo Domingo, dejando fuera al Distrito Nacional, desde la doce de la noche hasta ocho de la mañana.
Además, concentra y traslada hacia el Distrito Nacional el problema que el amigo en cuestión (cuidado con Chu) pretende resolver en los municipios de Santo Domingo Norte, Este y Oeste, los cuales están separados de la referida demarcación por las avenidas Nicolás de Ovando, Francisco Caamaño Deño y a la Gregorio Luperón. Los munícipes de esas localidades solo tienen que dar un brinquito para rendir pleitesía al dios Vaco en los bacanales de los barrios de los kilómetros de la avenida Independencia, Naco, Piantini, Los Mina, Capotillo, Villa Consuelo, Villa Juana, Capotillo, entre otros donde el leitmotiv es la fiesta y el frenesí por las llamadas bebidas espirituosos y sustancias controladas en espacios públicos y públicos privados.
Urge, por tanto, después de la verbalización del presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, afirmando que “esa medida es odiosa y no va resolver ningún problema de los niveles de seguridad que nosotros tenemos en la República Dominicana”, que el presidente Abinader recule. Esa resolución se inscribe dentro del síndrome del temor y con un predominio de soluciones que privilegian el uso de la fuerza y las restricciones de libertad como mecanismos aptos para delinear las soluciones, elementos que han caracterizado la gestión de la presente administración.
Por lo visto, al ministro de Interior y Policía (cuidado con Chu) le pasa lo mismo que a los políticos españoles que, según el periódico El País, van tan deprisa que no se dan cuenta de que han perdido el rumbo. Agrega el diario español que son como el coyote en el clásico de Warner Bros, que va corriendo detrás del correcaminos hasta que se sale por el precipicio y solamente cae al vacío cuando se para y mira hacia abajo. Eso le paso el funcionario criollo cuando aseguro recientemente que a la entidad a su cargo sólo le compete diseñar las políticas en materia de seguridad ciudadana, no su aplicación, porque, la ejecución es responsabilidad de la Policía Nacional (cuidado con Chu).
Por lo visto, al responsable (cuidado con Chu) de diseñar y ejecutar, aunque esto último lo niega, las políticas de seguridad ciudadana en el país le paso lo del coyote con la resolución que restringe el horario de ventas de bebidas alcohólicas en casi la totalidad del Gran Santo Domingo, que va corriendo detrás del correcaminos (seguridad ciudadana) hasta que se salió por el precipicio pero, contrario al canino, no cae al vacío porque no se para ni mira hacia abajo.