La Redacción
Santo Domingo
El Banco Central aseguró este domingo que las entidades de intermediación financiera no presentan evidencia de «vulnerabilidades significativas» que puedan conducir a la disolución de una entidad de importancia sistémica o a la interrupción de la prestación de servicios financieros.
Esas entidades cuentan con suficiente capital para absorber las pérdidas que puedan ocurrir ante eventos extremos de riesgo hacia 2022 y 2023, dijo el organismo regulador al arrojar los resultados del «Informe de estabilidad financiera 2021», sobre los riesgos que puedan afectar el desempeño de las instituciones financieras.
En ese sentido, enfatizó que el patrimonio total de las entidades representa el 5.6 % del producto interno bruto (PIB) de la economía dominicana, superando los 322,293 millones de pesos al 30 de junio de 2022.
Las instituciones financieras no depositarias, correspondientes a los emisores e intermediarios de valores, las sociedades administradoras de fondos de inversión, las administradoras de fondos de pensiones y las sociedades de seguros exhiben condiciones de estabilidad, alcanzando sus activos totales el 5.0 % del PIB.
«Al respecto, los estudios de estos subsectores indican que los mismos exhiben un crecimiento balanceado dentro del marco de recuperación de las actividades productivas y de las operaciones en los mercados financieros», afirmó el Banco Central en un comunicado.
El organismo puntualizó que, hacia el mediano plazo, se espera que la incertidumbre en torno a la ocurrencia de un nuevo virus o nuevas variantes del covid-19 disminuya a medida que continúen los planes de vacunación en los países.
Consideró que, a pesar de esto, existen algunos factores de riesgo que podrían continuar incidiendo en la estabilidad financiera global, como aquellos derivados de la ocurrencia de eventos climáticos extremos.
Asimismo, de las tensiones geopolíticas en el este de Europa y Asia, la escasez en la producción de ciertas materias primas, el incremento de los costos de transporte marítimo, entre otros factores, que han contribuido a las presiones inflacionarias de origen externo.
Para contrarrestar estos factores de riesgo, el Banco Central ha estado implementando un plan de normalización de la política monetaria y financiera, a través de incrementos de la tasa de interés de política monetaria, así como el retiro gradual y ordenado del paquete de estímulo monetario otorgado durante la pandemia, agregó la información.