POR ALBERTO QUEZADA
De manera sorpresiva el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha ordenado a sus ciudadanos no viajar a República Dominicana debido a la alta incidencia del Covid-19 en nuestro país.
Esta información ha sorprendido a propios y extraños, dado el hecho de que en el actual contexto de pandemia, la República Dominicana ha sido uno de los países que mejor manejo le ha dado a esta enfermedad desde su declaratoria el 17 de marzo del 2020.
Lo declarado por Estados Unidos más que un abuso, una desconsideración e ignominia para el Gobierno, constituye un agravio para el pueblo dominicano el cual debe ser repudiado por todos aquellos que quieran su país.
El gobierno de la Patria de Abranh Lincoln, donde han muerto 570,147 personas por el Covid-19, no tiene fuerza moral para decirle a sus ciudadanos que no visiten la República Dominicana, donde han muerto apenas 3,400 por la misma causa, por el peligro de contraer la enfermedad.
Es un abuso de USA, que en este momento donde las autoridades dominicanas realizan todo tipo de esfuerzos para recuperar la economía y la salud de los dominicanos, mediante acciones puntuales en turismo y zonas francas, salga con un pronunciamiento tan inoportuno y abusivo.
O es que a ellos se le olvida, que este es uno de los primeros países de América y el mundo, en estar desarrollando una jornada nacional de vacunación para prevenir el Covid-19 muy a pesar de los incumplimientos en la entrega de los biológicos de los países desarrollados, incluyendo la falta de solidaridad del propio Estado Unidos.
No hay otro calificativo, es un abuso de USA hacia nuestro país en el actual contexto, es un maltrato repudiable hacia un aliado estratégico y socio comercial de larga data como lo ha sido la República Dominicana.
Aquí tenemos infecciones de covid-19 es verdad, que se producen defunciones también es cierto, pero de ahí a proclamarle al mundo mediante una alarma internacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos no viajar a nuestra media isla caribeña, es un abuso incalificable e inaceptable.
El autor es periodista y magister en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo.quezada.alberto218@gmail.com