Luis García
Santo Domingo
Lo que no pudo lograr el pragmatismo diplomático en un mundo global y competitivo, lo hizo la vacuna contra el Covid-19: fortalecer las relaciones diplomática y comerciales entre la República Dominicana y la República Popular China.
a llegada de un millón de dosis de la vacuna Coronavac al país el pasado miércoles sirve para revitalizar el Plan Nacional de Vacunación contra el coronavirus (Covid-19), que comenzó el 16 de febrero. Y también para revitalizar las relaciones entre China y República Dominicana.
Estas dosis son el segundo cargamento que recibe el país desde China, porque en febrero habían enviado 768,000 dosis para que se siga con el plan, que hasta la mañana del 17 de este mes llevaba 675,000 personas vacunadas.
La llegada de este nuevo cargamento convirtió a China en el principal proveedor de vacunas que ha tenido República Dominicana en la lucha contra el nuevo coronavirus, cuando en un principio, con el primer plan diseñado por la administración de Luis Abinader, no figuraba ni siquiera entre las posibilidades.
Esta colaboración del gobierno chino da un giro interesante a las relaciones entre ambos Estados, que desde la llegada de Abinader al poder en agosto pasado mostraba señales de estancamiento.
Y todo ha sucedido en momentos en que las vacunas acordadas con la estadounidense Pfizer, la europea Astrazeneca y el sistema Covax, de la OMS, no parecen que llegarán en alguna fecha cercana, a pesar de que fueron prometidas para el primer trimestre de este año y por esa incertidumbre, el presidente Abinader reveló que el Gobierno reservó ocho millones de dosis de la vacuna china, que llegarían en dos cargamentos de 4 millones: el primero sería entregado en abril y el segundo en mayo.
Un enfriamiento en las relaciones entre ambos países fue advertido desde que el presidente Abinader estableció en varias ocasiones que la primacía de las relaciones internacionales debía ser con Estados Unidos, por su condición de principal socio comercial y “ser el hogar de casi dos millones de dominicanos”.
Desde aquí se asumió que las relaciones previamente establecidas con la República Popular China por el gobierno de Danilo Medina en 2018, iban a verse deterioradas. O enfriadas, en lenguaje diplomático.
Abinader puso distancia
Incluso desde el mismo 16 de agosto de 2020, cuando Abinader asumió como cabeza del Poder Ejecutivo, las relaciones con China ya daban señales de alejamiento o de tomar otro rumbo al que había sido trazado por Medina.
La situación encontró nuevos matices cuando a finales del pasado mes de octubre, Abinader anunciara que China no podía invertir en ninguna de las áreas estratégicas del país.
“Si China quiere invertir en áreas no estratégicas del Gobierno dominicano es bienvenida su inversión, pero la decisión del Gobierno dominicano es tener una alianza estratégica con los Estados Unidos”, señaló el mandatario dominicano en una conversación con el Wilson Center, de Estados Unidos, una organización no partidista que se define como un foro de problemas globales, investigaciones independientes y diálogo abierto.
En ese mismo programa, el mandatario señaló que el hecho de que Estados Unidos sea el principal socio comercial de República Dominicano no significaba el rompimiento definitivo de las relaciones con China.
Con la llegada del nuevo cargamento de vacunas, el miércoles 17 de este mes, Abinader agradeció al gobierno chino la donación de 50,000 vacunas, además del envío de un millón de dosis que República Dominicana había adquirido con Sinovac, laboratorio farmacéutico de ese país.
“Gracias al Gobierno chino y a su Presidente, Xi Jinping, por autorizar el permiso de exportación de 1 millón de vacunas y donar 50,000 más para continuar el proceso de vacunación”, expresó en una publicación Abinader en su cuenta de Twitter.
Un mensaje contrariamente diferente al que le escribió al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, a través de Twitter: “Presidente Joe Biden, países de menor desarrollo y aliados tradicionales de los EE. UU., como República Dominicana, hemos aprobado la vacuna de AstraZeneca y la necesitamos con urgencia. No permita que la espera de nuevos ensayos demore nuestro acceso inmediato a esta vacuna. No sería justo”.
Abinader se ha quejado públicamente en varias ocasiones de que el retraso en la entrega de esas vacunas se debe a que los “países grandes” han sido poco solidarios y han acaparado la mayoría de las dosis.
Las primeras 50,000 dosis de vacunas que llegaron al país fueron de la denominada Covishield, desarrollada en la India por AstraZeneca, y con esas se comenzó a vacunar el personal que labora en los hospitales.
La sensación del alejamiento en las relaciones se acentuó en el mes noviembre, cuando el Gobierno dominicano comunicaba la posposición por segunda vez de un convenio de cooperación económico y técnico con China que estaba supuesto a celebrarse originalmente el 27 de octubre.
A pesar de la insistencia de la prensa, ninguno de los diplomáticos llegó a comunicar las razones reales de ambas suspensiones.
La única reacción se produjo cuando el director ejecutivo de la Corporación Financiera de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (DFC), Adam Boehler, dijo que su nación está preocupada por el neocolonialismo que usa la República Popular China al momento de invertir en algún país, “además del uso del ADN de la gente”.
“China no hizo daño en el pasado, ni lo hace en el presente ni hará en el futuro, a la seguridad de la República Dominicana y está dispuesta a llevar a cabo una cooperación mutuamente beneficiosa sobre la base de respeto a la voluntad de los dominicanos, las leyes locales, reglas del mercado y las prácticas internacionales para lograr una ganancia compartida”, fue lo manifestado por el embajador chino, Zhang Run, en un comunicado de prensa.
Lejanía con China
El 17 de noviembre de 2020 el gobierno dominicano firmó con los Estados Unidos comprometerse a “salvaguardar la seguridad nacional de ambos países” excluyendo a suplidores de equipos y tecnología 5G que sean considerados de “alto riesgo”.
“La participación de República Dominicana en la Red Limpia allana el camino para la expansión de las inversiones del sector privado estadounidense y fortalece las garantías mutuas para socios de la región y de otras partes del mundo con ideas afines”, dijo el subsecretario de Estado Keith Krach, al finalizar el acto de firma.
Embajada
Reacción
Al respecto, la embajada de la República Popular China en el país defendió sus tecnologías y acusó a Estados Unidos de aprovecharse de sus ventajas en tecnología cibernética para llevar a cabo escuchas y vigilancias electrónicas durante largo tiempo, “de trazar líneas en el desarrollo tecnológico según su ideología y de promover la Guerra fría tecnológica”.
“El propósito es mantener su hegemonía tecnológica e intereses económicos. La “red limpia” promovida por los EE.UU es una “red sucia” de carácter discriminatorio, exclusivo y politizado, que privará a otros países de su libertad y derecho de elección, y violará la soberanía digital y seguridad informática de otros países”, señalaba en su declaración el gigante asiático.