Agencias
Chicago
Todos vimos el documental The Last Dance, el cual nos sirvió para conocer mejor a Michael Jordan mientras recordábamos una de las épocas más gloriosas del baloncesto con los seis anillos de los Chicago Bulls. Hasta ahí todos de acuerdo. Pero… ¿se cuenta la historia tal y como pasó?.
Una vez emitida al completo la serie, algunas voces recalcaron que había ciertos vacíos en la trama a la vez que algunas situaciones se narraban con el simple objetivo de enaltecer la figura de Jordan. En este segundo argumento podemos situar a Scottie Pippen. Hace meses no faltaron informaciones que señalaron al inseparable compañero de Michael como una de las personas molestas por lo visto en el documental. En aquel momento el ’33’ de los Bulls optó por no hacer declaraciones, algo que ahora sí hace para corroborar que al menos no le convence el montaje.
¿Se podría haber hecho de forma distinta? Siempre es posible, pero en este caso concreto era altamente improbable. Para empezar el proyecto fue coproducido por la compañía Jump 23 de Jordan; es decir, estuvieron en todo momento encima de qué imágenes se emitían y cómo se montaban. Por si fuese poco, las imágenes inéditas de la temporada 1997-98 estaban guardadas bajo llave y solo podían emitirse con el beneplácito del propio Michael. Todas las piezas estaban dispuestas para que la imagen de Jordan y lo grande que fue (para muchos el mejor de todos los tiempos) centrase lo que llegase al espectador.
En todo caso, Pippen y Jordan son amigos y eso eso no va a cambiar. Preguntado por el citado periodista, Scottie afirmó que este es un tema que ha tratado directamente con el eterno ’23’ de la franquicia de Illinois. “Sí. Le dije que no estaba muy contento con eso y lo aceptó. Me dijo: ‘oye, tienes razón’. Eso fue todo”, concluye.